Ayer en Encinas de Esgueva (Valladolid) en una emotiva ceremonia, despedimos a Pablo, padre de nuestro compañero y amigo Rodrigo. Siempre estará en nuestra memoria, porque es imposible olvidar su sonrisa y calmado buen humor, sus historias, chascarrillos y su típico comentario "yo hubiera sido un gran cantante pero tengo poca voz y desagradable".
Un abrazo muy fuerte para su familia (Dori y David, Azahara, ....) con los que hemos pasado inolvidables momentos y esperamos pasar alguno más.
Descansa en paz, amigo Pablo.